jueves, 5 de marzo de 2015

Los llantos

Mi hija llora mucho.

Esto es perfectamente comprensible y normal teniendo en cuenta que tiene solamente tres meses y la única forma que tiene de comunicarse es por medio del llanto. A todos los bebés les ocurre. Si tienen hambre, lloran. Si tienen miedo, lloran. Si tienen sucio el pañal, lloran. A excepción del último caso, en el que es fácilmente detectable el motivo del lloro, un padre primerizo puede volverse loco intentando averiguar qué le ocurre a su bebé, y ante la duda no es extraño terminar en urgencias.

Pues como decía al principio, mi hija llora mucho, pero el suyo es un caso peculiar. Sé que todos los padres pensamos que nuestros hijos son únicos y extraordinarios, pero en lo referente a la pequeña Lindsay Lohan mi opinión está ratificada por expertos totalmente independientes y sin ningún parentesco con la niña.

Todos los animales, al margen de su raza o especie, poseen su propia personalidad. Hay perros más alegres y perros más serios, gatos más valientes y gatos más tímidos... las personas, al ser racionales, tenemos aún más matices en nuestra forma de ser, pero esta está marcada desde el momento en el que nacemos. Así, hay bebés más tranquilos y bebés más nerviosos. ¿Qué factores determinan que un bebé se porte de una forma y otro reaccione de forma distinta ante el mismo estímulo?. Es un misterio. La personalidad se va forjando con el aprendizaje, la experiencia y la influencia de las personas que nos rodean, pero, ¿por qué un bebé que apenas lleva unos meses en el mundo actúa como actúa?. No se sabe.

Lo que sí se sabe es que hay bebés con muy mal genio, y la pequeña Lindsay Lohan es, en palabras de su pediatra, el bebé más furioso del mundo.
Dice que en todos sus años de profesión ha tratado con bebés gruñones, llorones y miedosos, pero nada comparable a la pequeña Lindsay Lohan. Según él ha observado en mi hija un comportamiento nunca visto hasta la fecha, pues con tan solo tres meses ha comprobado que mi hija llora de rabia.

Normalmente el proceso por el cual un bebé inicia el llanto es el siguiente: ante un malestar físico (que puede ser frío o un dolor de cabeza) o una situación incómoda que le someta a presión (obligarle a comer) o le asuste (despertarse de pronto) el niño empezará a llorar como único medio de expresar su descontento.

En mi hija, además del proceso anterior, se da el siguiente: si me acerco con un muñeco de peluche con el fin de entretenerla, ella lo mira con odio y desprecio desde el primer momento. Entonces se le acelera la respiración y emite un llanto colérico sin apartar la mirada del muñeco. No llora por miedo, o porque le duela algo, usa sus berridos más bien a modo de ataque y cuando por fin se ha desecho de su enemigo continúa gritando, esta vez dirigiendo su ataque hacia mí, preguntándome con su furiosa mirada cómo he permitido que pasase por ese trance. Y ocurre con todo, todos los días.

Si pudierais ver sus ojos y oír sus llantos... a veces la imagino dirigiendo ejércitos, como Leónidas y sus espartanos en su lucha contra los persas, o escuchando a William Wallace con su carita pintada de azul y blanco, voceando como el más rudo de los escoceses.

Según el pediatra, y gracias a Dios, la pequeña Lindsay Lohan se encuentra perfectamente de salud, pero debo tener mucha paciencia con ella. Al hombre le divierte contemplar sus ataques de cólera, pero a mí me preocupa mucho la idea de encender la televisión una mañana y ver a mi hija a la cabeza de una turba enfurecida a la conquista de Portugal.

lunes, 2 de marzo de 2015

Presentación

Creo que mi hija me odia. Bueno, tal vez odiar sea excesivo, pero sin lugar a dudas no le gusto. No es que me lo tome como algo personal, la mayor parte de las cosas no le gustan, aunque es un poco frustrante. Pero vayamos por partes.

Debido a esas tragedias de la vida, yo, un tipo sin ninguna experiencia en el cuidado de niños, me he quedado solo a cargo de mi hija, que acaba de cumplir tres meses y a quien he decidido bautizar aquí con el pseudónimo de la pequeña Lindsay Lohan. Estuve a punto de ponerle Pebbles, porque es un bebé y al igual que mi hija también es pelirroja, pero luego pensé que daba una idea errónea sobre mi primogénita.

Pebbles Picapiedra era una criatura dulce y cariñosa, nada que ver con mi hija, así que busqué en Google pelirrojas famosas y enseguida apareció Lindsay Lohan. No recuerdo haber visto ninguna película suya, tal vez la de las gemelas cuando era pequeño, pero sin duda su carácter rebelde y conflictivo se asemeja más al de mi hija y me gustó cómo sonaba.

Hechas las presentaciones sólo queda en esta primera entrada exponer cuál será el objetivo del blog. Lo que intentaré aquí será escribir las observaciones que vaya haciendo sobre el peculiar carácter de la pequeña Lindsay Lohan y mis experiencias con ella, por entretenerme y también por si documentando sus primeros años puedo ayudar a la gente del futuro a detenerla cuando se convierta en la cruel y poderosa dueña del mundo. 

Si ocurre esto último decir que como padre lo lamento mucho. Vi las señales, pero nadie me hizo caso.